lunes, 9 de febrero de 2009

Protejamos el derecho a la vida

Lic. Luz del Carmen Flores García

Los Derechos Humanos, como su nombre lo indica, son todos aquellos derechos que tiene cada hombre o mujer por el simple hecho de serlo y formar parte de la sociedad en que vive.

En este sentido, los derechos humanos no se conceden, sino que simplemente son reconocidos por las leyes de un Estado. Por ejemplo, cualquier hombre tiene derecho a que se respete su vida, y ello no como una concesión que pueda dar o quitar el Estado, sino como un principio fundamental que los órdenes político y jurídico deben garantizar. Y así sucesivamente con cada uno de los demás derechos humanos.

El artículo 3° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos nos dice:
"Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".

El derecho a la vida es el que tiene cualquier ser humano por el simple hecho de existir y estar vivo, siendo éste el derecho más fundamental que existe, pues es la condición indispensable para que puedan darse los demás derechos.

Sin embargo, ¿qué sucede cuándo el Estado legisla en contra de un derecho humano fundamental como lo es el derecho a la vida?

A casi dos años de haber entrado en vigor la despenalización del aborto en la capital de la Ciudad de México, antes de las 12 semanas de gestación, no se tienen cifras exactas del número de abortos que se practican en los hospitales a cargo del Gobierno del Distrito Federal, y a decir de la Secretaría de Salud de esta Ciudad, solamente se ha reportado el deceso de una jovencita.

En unos días se cumple un año de la muerte de Vianey la joven de 15 años que falleció por la negligencia médica, la decadencia de las instalaciones y por lo que sus defensores llaman aborto “seguro”.

Lamentablemente ésta no ha sido la única muerte, hay que tomar en cuenta la de los miles de no nacidos a lo largo de este tiempo, víctimas que son incapaces de defenderse y de expresarse, a los cuales no se les respeta su derecho fundamental.

El aborto es una forma de violencia a la mujer, así como la indiferencia de la sociedad ante esta problemática. ¿Cómo podemos exigir el cumplimiento de todos los derechos, si no exigimos que se respete el derecho fundamental?

Por eso el papel de los jóvenes es trascendental en esta situación, somos nosotros quienes podemos ser la voz de aquellos que no la tienen, somos nosotros quienes podemos exigir a nuestro gobierno, somos nosotros quienes debemos hacer vivir día a día los valores de lo que es la Familia.

Ante tal situación, la responsabilidad es de nosotros, si queremos que se respeten todos los derechos debemos hacer respetar el fundamental: El derecho a la vida.

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